03 Jul 2021
Global
GI-ESCR y organizaciones aliadas llaman la atención sobre los desafíos en torno a los derechos de mujeres y niñas indígenas
GI-ESCR, Observatorio Ciudadano y ProDESC enviaron una contribución conjunta al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (CEDAW) enel marco del proceso de elaboración de las nuevas recomendaciones generales de este organismo sobre derechos de las mujeres y niñas indígenas. La contribución resalta la importancia crucial que tiene la participación efectiva, consulta y consentimiento de las mujeres y niñas indígenas en la implementación de estrategias y medidas para mitigar el cambio climático.
Mujeres mapuches en Chile. Fotografía: Conadi.
Estas tres organizaciones trabajan en Chile y México, dos de los países de América Latina donde los derechos de estos grupos han sido mayormente afectados por las políticas de transición energética y marcos regulatorios que no respetan sus derechos a la tierra, a los recursos naturales y a una participación plena y efectiva en la toma de decisiones. En su documento, las organizaciones destacan que las mujeres y niñas indígenas son agentes clave de cambio social, pues poseen un conocimiento tradicional y experiencia en el uso de los recursos energéticos en sus hogares y comunidades. Sus miradas son esenciales para transformar las desigualdades existentes y combatir el extractivismo.
El combate del cambio climático es una oportunidad única para cerrar brechas en la protección legal de las mujeres y niñas indígenas, la valoración de su conocimiento tradicional y el rol que juegan en sus comunidades.
Mujeres y niñas indígenas en el proceso constituyente
Abordar la incorporación de mujeres y niñas en los procesos de desarrollo de energías renovables resulta crucial de cara al proceso constituyente. Su profundización, permite analizar la confluencia del enfoque de género y la democracia ambiental en un contexto más amplio de la protección de la naturaleza.
Tal como señaló la nueva presidenta de la Convención Constituyente, Elisa Loncon, la nueva constitución debe escribirse por “los derechos de la madre tierra. Por los derechos al agua. Por los derechos de las mujeres. Por los derechos de los niños”. Todos ellos se encuentran íntimamente vinculados desde una perspectiva de sostenibilidad y de derechos humanos, y no pueden considerarse de manera aislada. De este modo, la consagración constitucional de la participación de todas las comunidades, especialmente de mujeres y niñas indígenas, en los procesos de adopción de medidas y estrategias de mitigación del cambio climático, resulta clave para lograr un cambio social profundo como el que Chile aspira”.